Hola a tod@s, vaya día más bonito luce hoy. Se me ha ocurrido que podemos salir a dar una vuelta y respirar ese aire puro que se antoja en estos días soleados de invierno. Pero, ¿será el aire tan puro como nos creemos?.
Os voy a proponer hacer un sencillo proyecto para que podamos evaluar la calidad del aire que estamos respirando. Vamos a combinar ciencia y tecnología en un simple ejercicio.
El ejercicio está dirigido a estudiantes de 1º y 2º de la ESO, y a todas las personas que puedan tener un cierto interés en saber cómo es el aire que respiramos.
Se trata de fabricar a partir de objetos a desechar unos medidores de contaminación caseros. Estos medidores los colocaremos distribuidos por distintas zonas de la casa, en lugares elevados para que no los pueda tocar nadie, pero a los que podamos acceder fácilmente para chequear su evolución y estado. También colocaremos algunos en el exterior, bien en la terraza, balcón, jardín, ventana,...
Los dejaremos medir como mínimo una semana, y a los 7 o 10 días, los recogeremos y analizaremos los resultados.
Materiales
Estos son los materiales que podemos emplear para fabricar los sensores, pero también se pueden emplear otros que tengáis más a mano, ¡sed creativos!.
- Plástico Blanco (un plato, el culo de una botella, ...) o un cartón duro de color blanco que podamos recortar.
- Tijeras y una taladradora para hacer agujeros en papel.
- Lápiz o Boli que escriba en la superficie que hemos elegido.
- Un cordón, hilo o cinta adhesiva que nos permita sujetar el sensor a las paredes o la superficie dónde se deba colocar.
- Vaselina
- Una brocha para extender la vaselina (opcional, porque la podemos extender con los dedos y luego nos limpiamos con una servilleta).
Ejecución del proyecto
- En primer lugar decide dónde colocar tus sensores de contaminacióN. Piensa en sitios que la gente no pueda tocar fácilmente, tanto dentro como fuera de casa.
- Con las tijeras recorta bien los trozos de plástico blanco, o los cartones, dándoles una forma circular, o rectangular, de unos 10 cm de radio. En el caso de que les des forma rectangular o cuadrada, con un lado de unos 8-10 cm es suficiente.
- Perfora en un borde un agujero, que nos servirá para pasar el cordón o hilo para atarlo a alguna parte. También podremos pegar con la cinta adhesiva el cordón a la superficie que sea, en el caso de que no lo podamos anudar a ningún sitio.
- Escribe con el boli, rotulador, o lápiz, el número del sensor. Tendrás que asignarle el número en función de la cantidad de sensores que vayas a colocar, así que piensa bien primero todos los lugares y así no tendrás que volver a este paso más tarde.
- Escribe en la memoria del proyecto la lista numerada, indicando el número de cada sensor, y el lugar en el que los vas a colocar.
- Unta con vaselina la superficie del sensor, bien con los dedos, o usando un pincel que deberás limpiar posteriormente.
- Ahora coloca los sensores, distribuidos por la casa y el exterior de la misma, en los lugares que has seleccionado, con la superficie de vaselina hacia ti, de manera que vayan recogiendo todas las partículas que flotan en el aire durante unos días.
- Al cabo de unos 7 o 10 días recoge los sensores, y analizalos con una luz muy intensa de escritorio, recogiendo tus observaciones en la memoria del proyecto o el informe final. Deberías indicar qué tipo de partículas observas, tamaño, forma. En ocasiones podrás encontrar algún insecto adherido, que podrás anotar también en ese cuaderno o memoria.
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